El amado y temido chupete

11 sep 2022

El reflejo de succión está presente en todos los niños incluso desde el vientre materno, el feto tiene la maravillosa capacidad de calmarse a sí mismo succionando su pulgar. Hasta más o menos los 3 meses de edad podemos comprobar cuando acercamos un dedo o la mano cómo se activa el reflejo de búsqueda y succión. Al ser un reflejo lo realizan sin que signifique que el bebé tenga hambre.

La succión suele llevarles a un estado de calma y tranquilidad, esto se debe a la segregación de endorfinas, una sustancia química del cerebro que produce esa sensación de placidez.

Este acto para calmarse se conoce como succión no nutritiva ya que no tiene por objetivo alimentarse y es en lo que basan su funcionalidad los chupetes. Este efecto tranquilizador también se puede obtener del pecho de la madre.

A medida que el niño crece, la necesidad de chupar va desapareciendo, el reflejo de succión se inhibe y comienza a darse el siguiente paso evolutivo en la alimentación.


El chupete, como casi todo en la vida, tiene sus ventajas y desventajas:

Ventajas:


  • El chupete ayuda al bebé a calmarse, a conciliar el sueño y reduce el estrés en procedimientos desagradables, como cuando le tienen que poner una vacuna.

  • Hay estudios que indican que succionar durante la noche tiene un efecto protector contra el síndrome de muerte súbita del lactante. Los especialistas creen que los chupetes podrían permitir que las vías respiratorias se abran más o impedir que el bebé caiga en un sueño profundo.


Desventajas:


  • Se relaciona con una duración más breve de la lactancia materna.

  • Es un factor de riesgo para la otitis media (infección del oído). Cuanto más frecuente y prolongado es su uso, el riesgo aumenta, pero disminuye considerablemente si se limita a la hora de dormir.

  • Los hábitos de succión no nutritiva (dedo y chupete) se han relacionado con las maloclusiones dentarias, desequilibrios orofaciales y problemas en la deglución. Las posibles anomalías se suelen corregir espontáneamente si se deja el chupete antes de los 2 años.

  • El uso del chupete se asocia con el desarrollo de hipersensibilidad al látex, úlceras orales traumáticas o alteraciones del sueño.

  • Desencadena el llamado “síndrome del biberón o del chupete'', presencia de policaries en los dientes debido a la utilización prolongada del biberón o del chupete lleno o impregnado de productos azucarados.

  • Retraso en el habla.


Consejos y recomendaciones


  1. No es conveniente ofrecer el chupete hasta que la lactancia materna esté bien establecida, ya que podría interferir en su proceso de alimentación y crecimiento.


En los primeros meses de vida el chupete interfiere en la lactancia materna, el bebé se confunde con los sustitutos de goma (chupetes y tetinas) y puede rechazar el pecho, colocar mal la boca y/o causar grietas a su madre y disminuir la producción de leche. Se reduce el tiempo que dura cada toma de modo que el niño no ingiere la leche final, rica en grasas y calorías. La leche obtenida, por lo tanto, pierde tanto en cantidad como en calidad dejando al niño más hambriento e irritable.


  1. El chupete puede ser útil como relajante, pero debe evitarse cada vez que el niño llore. El llanto es una de las formas de comunicación del niño y sus requerimientos, estos se deben complacer supliendo sus necesidades: hablándole, cantando, meciéndole, otorgándole protección con calor de nuestros brazos o jugando con él.


  1. Un método alternativo al chupete es la succión del propio pulgar, si se tiene que elegir entre uno u otro es mejor un chupete ortodóntico ya que está diseñado para imitar la forma del pezón de la madre y crea un movimiento más natural. La otra ventaja es que va a ser más fácil la retirada del hábito.


  1. La retirada del chupete conviene hacerla de manera gradual. Empezar, por ejemplo, a dárselo solo por la noche para dormir, en momentos de crisis, o aprovechar una situación diferente a la habitual como unas vacaciones para despedirse del chupete. También se puede pactar con el niño cambiar el chupete por otra cosa, ya sea un vaso nuevo y llamativo, un peluche, noches de cuentos, etc.


Las regresiones al uso del chupete son normales, si el niño vuelve a usar el chupete de manera llamativa, esta necesidad puede estar expresando que se encuentra estancado en una etapa vital o hay un desajuste emocional. Hay vigilar cuándo lo hace para hallar la razón: celos, aburrimiento, cuando tiene sueño, cuando su madre está ausente....

Hay que prestarle atención y cariño especialmente en esos momentos y si es necesario consultar con un especialista.


  1. Para evitar efectos adversos del uso del chupete se recomienda, en todos los niños, limitar su uso hasta los 12 meses de edad, lo cual incluye las edades de máximo riesgo de muerte súbita y aquellas en las que el lactante tiene más necesidad de succionar.


  1. Si se opta por el uso del chupete es necesario que cumplan la normativa de seguridad, se cuide de manera rigurosa su higiene para evitar posibles infecciones bucodentales y se cambie cada 3 o 4 meses dependiendo del uso.


Por último, es importante recordar que si bien el chupete es un recurso para tranquilizar al niño, NO es el único.